Espacios naturales

     Chipiona se encuentra situada en un punto estratégico ecologicamente hablando, a escasos kilómetros del Parque Nacional de Doñana, de la desembocadura del río Guadalquivir y bañada por Océano Atlántico.

LAS DUNAS 

      En la zona de la costa, desde la playa de Camarón hasta las tres piedras, se conserva un interesante cordón dunar. Las dunas que lo componen actúan como reservorios de arena que alimentan nuestras playas. Las longitudinales, además, sirven para el crecimiento de una interesante Flora con una gran adaptabilidad al medio inhóspito que representa la salinidad del mar. 

      Al mismo tiempo, esta vegetación sirve de refugio a un elevado número de aves, que cruzan el estrecho hacia sus cuarteles de invernada. Los reptiles encuentran un hábitat perfecto para su supervivencia: culebras, lagartijas, lagarto ocelado, eslizón, destacando el Camaleón común ( Chamaeleo chamaeleon ), una de las más de ochenta especies de camaneólidos repartidos mundialmente.

      En Chipiona queda aún una población importante, convirtiéndose en  pionera en  cuanto a su protección. Los mismos vecinos respetan y protegen a uno de los emblemas ecológicos del Municipio.

      Entre sus originalidades destaca el cambio de color, la forma de sus ojos independientes (visión estereoscópica), su alimentación insectívora por medio de una lengua, aproximadamente tan larga como su cuerpo y rapidísima, la cual “dispara” para atrapar los insectos.

CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LA NATURALEZA “EL CAMALEÓN” 

     El  Centro de Interpretación del Camaleón, se ubica en la Zona Litoral del Plan Parcial de La Laguna, en la Avenida del Camarón junto a la pasarela de madera existente para acceso a la playa, con las consiguientes adecuaciones para personas de movilidad reducida.

      El Centro de Interpretación del Camaleón  supondrá un importante espacio para el análisis y estudio de esta especie animal autóctona en particular, y del Medio Ambiente en general.

      Estará constituido por un conjunto de tres edificios diferentes consistentes en cabañas tradicionales con muros de fábrica, cubiertas con estructuras de madera y brezo natural.

De este modo se contará con: una sala multiusos, laboratorio, un aula para 30 alumnos, una sala de conferencias polifuncional para 50 o 60 asistentes, aseos de señoras, caballeros y minusválidos, conjunto de recepción, aseo, administración y dirección.

Sala de exposiciones multifuncional compuesta por una sala de exposiciones, un terrario y terrazas exteriores. El conjunto de materiales empleados es el adecuado para evitar el impacto, tanto visual como ecológico, en la zona y no alterar el ecosistema actual.

      El Centro de Interpretación cuenta con el patrocinio de la Compañía Española de Petróleos (CEPSA), la participación del Área de Medio Ambiente de la Excma. Diputación de Cádiz y el Ilmo. Ayuntamiento de Chipiona.

EL CORREDOR VERDE DEL LITORAL “COSTA BALLENA-CHIPIONA”

      El corredor verde del litoral “Costa Ballena Chipiona” permite recorrer 1.20 kilómetros de ecosistema litoral a través de servidumbres de tránsito y protección del D.P.M.T., conectando el Centro de Interpretación de la Naturaleza con la urbanización de Costa Ballena Chipiona. Recorre el trazado de las veredas de los Arriates y la Colada del Chapitel.

      Se trata de pasarelas de madera que permiten el tránsito longitudinal del litoral de tipo peatonal , recorriendo espacios de elevado valor ambiental y paisajístico de la localidad.  

      Se trata de un proyecto que compatibiliza el uso público y turístico con la regeneración y protección del ecosistema natural de las playas de la Laguna y las Tres Piedras, poniendo además en contacto los accesos a la playa y  evitando el pisoteo incontrolado.

      Además, dispone de dos miradores-observatorios ornitológicos de madera, con protección para el sol y la lluvia, aumentando la dotación de infraestructura para uso público y disfrute de este punto ambiental.

LOS CORRALES DE PESCA 

Estructura de los corrales (ver más)

      Los corrales de pesca son cerramientos artificiales de piedra ostionera sobre la zona rocosa intermareal, o plataforma de abrasión; estructura geológica procedente de acantilados prehistóricos, rebajados durante millones de años por la fuerza erosiva del oleaje.

      Los corrales son un arte de pesca antiquísimo, cuyo origen se atribuye a los romanos, si bien hasta finales del siglo XIV no existen documentos fidedignos de su existencia. Los corrales están construidos sobre una playa de pendiente suave, para que dejen en bajamar un amplio espacio en seco.

      Un corral se compone de una pared, levantada con grandes piedras de la mar en la base y a los lados y rellena de cascotes y grava. La gran proliferación de ostiones, lapas y escaramujos que crecen sobre las piedras actúan a modo de «cemento natural» que compacta y da solidez al conjunto.

El corral comunica con el mar a través de los caños, pasadizos de unos 50 cm de diámetro situados en la base de la pared.

El número de caños es variable, pero suele ser elevado (unos 30 o 40 por corral) con el fin de que el agua escurra rápidamente en la marea vaciante.

      Al bajar la marea, el agua forma lagunas entre las rocas y escolleras. Cada laguna es conocida por los pescadores con un nombre alusivo a su situación o características peculiares (La Barreta, Los Hoyos, El Rincón, del Centro…).

Las lagunas que se forman en las zonas altas, próximas a la playa se denominan lagunas de tierra. Estas lagunas, que en bajamar quedan completamente barridas o vacías, formando sequeros, desaguan por estrechos canalillos naturales denominados chorreras o correntines. Las lagunas con fondo de arena, o de arena y piedras se llaman arenazos.

En la parte honda del corral, las lagunas están subdivididas en piélagos, por medio de estrechos muros denominados atajos que cortan el paso a los peces.

En los piélagos se colocan jarifes, grandes piedras planas sujetas por tres o cuatro piedras pequeñas, dejando un espacio vacío que sirve de cobijo a los peces. Muchas rocas forman solapas, amplios salientes naturales paralelos al suelo que dejan una profunda y estrecha hendidura, utilizada como refugio por las especies que quedan atrapadas en la bajamar.

Las rocas más altas, más salientes, del corral se denominan alturas.

Funcionamiento

      Los corrales de pesca son trampas gigantes que funcionan con la marea. Su eficacia es considerablemente mayor durante las mareas vivas, porque es cuando entra más pescado y cuando se vacían (escurren) casi totalmente en la bajamar, es más fácil recoger la pesca.

      Para que el corral pesque, antes de que se llene de agua, los caños deben estar tapados con las rejillas. Los peces entran en el corral pasando por encima de la pared, cuando el agua la va cubriendo con la marea creciente. Algunos peces de cuerpo alto, como los sargos, entran en el corral apenas el agua empieza a cubrir la pared, tumbándose de lado sobre las piedras. En la pleamar de las grandes mareas, la cima de la pared puede quedar a casi dos metros por debajo del agua. En la vaciante, muchos peces se salen de nuevo al mar por encima de la pared, quedando atrapados en el corral los que no aprovechen este momento.

      La mejor época de pesca en los corrales es de enero a mayo para el choco y de mayo a octubre para el pescado. También a la caída de un vendaval, es decir después de los temporales, suele haber buenas capturas.

Cada corral está a cargo de un catador, responsable de su mantenimiento y primera persona autorizada para entrar en él a pescar. Cuando el corral empieza a descoronillar (o escoronillar), es decir, cuando empieza a asomar las puntas de las piedras más altas de la pared, el catador llega al corral para disuadir con su presencia a otros mariscadores.

      Cercano al momento de la bajamar, el catador entra a pescar. Suele llevar para la pesca un cuchillo de marea, con el que da un golpe atonta a los peces. Una vez que recoge, o marca con la tarraya las piezas que le interesan, entran los demás mariscadores, que capturan lo que le catador deja por detrás. El mejor momento para mariscar comprende desde la última parte de la vaciante, el reparo de la marea (lapso de tiempo en el que el agua está quieta, ni sube ni baja), el reviro (comienzo de la creciente) y la primera parte de la creciente. Unas tres o cuatro horas en total.

      Cuando los mariscadores salen a pescar en el corral, dicen que van a la marea, o a echar la marea. Provistos de botas de vadear, la fija o el francajo, un bote de aceite de oliva para aclarar el agua durante el cabrilleo que provoca la brisa marina, y un bidón o un seroncillo (los pescadores antiguos) para llevar las capturas, se introducen en el corral. Andando despacio, van hurgando debajo de las solapas y jarifes, echando un poco de aceite de oliva al agua de vez en cuando para aclararla y tener mejor visibilidad del fondo.

EL PINAR DE LA VILLA

       Al Pinar se le denomina así por las manchas de pino piñonero( Pinus Pinea), concentradas en la zona de Majadales ( Altos y Bajos), Pinar de Peritanda, El Abulagar y el Tábano.

       Algunos ejemplares de vegetación son Palmito (Chamaerops humilis), Jaguarzo blanco (Halimium halimifolium), arbustos y matorral destacando la retama blanca (Retamamonosperma) y el lentisco (Pistacia lentiscos).

       La fauna de la zona del Pinar se divide dependiendo de las especies, hallándose entre los mamíferos el conejo (Oryctolagus cuniculus), lirón careto (Eliomys quercinus); entre las especies de aves paseriformes pueden citarse: la curruca capirotada, la cabecinegra y la mosquitera, fringílidos como pinzón común, el verderón y el petirrojo.

La comunidad de reptiles se ve favorecida por la presencia del lagarto ocelado (Lacerta lepida), y la culebra de escalera (Elaphe scalaris), sin dejar atrás el Camaleón común (Chamaeleo Chamaeleon) que se encuentra catalogada a nivel nacional como “Casi amenazada” mientras que en las provincias de Cádiz y Huelva debe catalogarse como “Vulnerable” y como especie muy importante a proteger y conservar.

LA VÍA VERDE 

     Se trata de un itinerario de corto recorrido que corresponde a la antigua línea de ferrocarril que atravesaba la localidad. La Vía Verde tiene un recorrido aproximado de 8.5 kilómetros y se encuentra comprendida entre los extremos límites del termino municipal.

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